PASE DE PRENSA: GOOD

¿Puede un hombre bueno acabar siendo partícipe de una de las mayores crueldades de la historia? Bajo esta premisa se presenta “Good”, la última película que llega a nuestras pantallas del cada vez más polifacético Viggo Mortensen.

“Good” es una adaptación del montaje teatral homónimo (1981, C.P.Taylor), aclamado tanto por el público como por la crítica. Mortensen da vida al protagonista, John Halder, un profesor alemán de literatura en los años 30, que escribe una novela basada en la idea de la eutanasia por compasión. Los altos mandos del Tercer Reich ven en la novela un alto potencial propagandístico y empiezan a interesarse por la persona que lo ha escrito. Un hombre de carácter blando, con una turbia vida personal, y que se verá arrastrado por las circunstancias hacía una espiral imparable, que le llevará a codearse con la cúpula del régimen.

Para ser justos, he de reconocer que nos encontramos ante una película bien rodada y bien interpretada. La fotografía sabe sacar el mejor partido de una época truculenta y los personajes resultan creíbles. Puede que incluso más creíbles que la propia película en sí. Y es que no podemos evitar el enfrentarnos a ella como “otra película más ambientada en la Alemania nazi”, un lastre difícil de sobrellevar, y que provoca que la trama se desdibuje entre tanto cliché sobreexplotado cinematográficamente.

Por otro lado, el personaje de John Halder me resulta tan conmovedor como inverosímil. Viggo Mortensen maneja con solvencia un personaje complicado, esencialmente noble y bueno, pero al mismo tiempo atormentado por su vida personal, por la demencia senil de su madre, por la apatía de su matrimonio. Un buen hombre, pero un hombre débil, que se deja seducir por una joven alumna de su Universidad. Una espléndida Jodie Whittaker que influirá muy negativamente en John a causa de su fervor por los ideales del Führer. Durante la película observaremos como, poco a poco, el profesor se va alejando de su mundo para adentrarse en otro truculento. Y, sin embargo, su bondad y su inocencia parecen mantenerse innatas. Sólo las conversaciones con Maurice, amigo, psicoanalista y judío, parecen remover levemente la conciencia del bueno de John.  Este personaje, magistralmente encarnado por Jason Isaacs (Lucius Malfoy en la saga Harry Potter) es sin lugar a dudas lo más interesante y creíble de la película, el complemento perfecto para unos personajes en general desdibujados bajo sus propios estereotipos.

¿Realmente un intelectual de su tiempo, con amplios contactos, puede permanecer tan al margen, tan ajeno a las intenciones reales de sus superiores políticos? ¿Tiene que llegar la película al tópico máximo, el del campo de exterminio, con sus prisioneros cabizbajos y sus uniformes rayados para que se produzca la tan ansiada “redención”? ¿Aportan las “alucinaciones musicales” de Halder algo a la trama, aparte de embellecer un final pretendidamente grandilocuente?

En definitiva, “Good” es un buen ejercicio interpretativo, una película bien rodada pero que, pese a sus altas pretensiones de universalidad de construir una metáfora sobre la condición humana con el Tercer Reich únicamente como telón de fondo, queda totalmente eclipsada por lo que aparenta ser. Otra película más sobre el Holocausto nazi que no cuenta nada que no sepamos.

Nota: 6/10.

Merche Moreno Barbero
para
www.cineactual.net