El Joker de Joaquin Phoenix desata la locura en Venecia

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El actor ovacionado, la película encumbrada y ya enfila la ceremonia de los Oscar como una de las grandes favoritas.

Mucho se habló tras saber de la película de Todd Phillips (Resacón en las Vegas) y ver el colorido y ridículo traje que llevaba Phoenix en los primeros adelantos acerca del inminente fracaso, pero nada más lejos de la realidad. La película ya es, antes de estrenarse oficialmente, el mejor inicio o la mejor versión de un inicio de personaje de cómic jamás vista en pantalla. Phoenix consigue que no recordemos ni a Nicholson, ni a Leto ni siquiera a Ledger, algo impensable hace un par de años, del mismo modo que no recordamos a Han Solo cuando vemos Indiana Jones.

Y no nos olvidemos, que estamos en Gotham. Pero aquí la estrella no es Batman, es un cómico/payaso venido a menos del que se ríen todos y no por su profesión. Arthur Fleck o Joaquin Phoenix o el Joker, porque son los 3 una misma persona, inicia el descenso hacia la cuerda locura, hacia un infierno controlado que expande a su alrededor y lo convierten en alguien capaz de rivalizar con cualquier superhéroe de Detective Comics. Alguien que no tiene nada que perder.

Incluso la risa, que ha estado entrenando Phoenix durante ocho meses, pone los bellos de punta cuando escuchas en el tráiler la carcajada histriónica y sin sentimientos, capaz de provocar una incómoda sorpresa cuando el actor la hace con el rostro totalmente triste e impasivo.

Nueve minutos de aplausos han regalado los asistentes al pase de la Mostra de Venecia en los que Todd Phillips (director) y Joaquin Phoenix (El Joker) acaban de alcanzar la gloria y ya acumula muchos «misdies» en su haber, tras culminar una película «de misterio» como dicen ellos mismos, el mismo misterio que rodea al personaje del que trata.

Del fracaso al éxito tan sólo hace falta una carcajada. El 4 de octubre comprobaremos si toda esta locura desatada es obra de un loco o un genio.

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