Resulta triste despedir a un actor pero de forma especial a uno que se ha dedicado a la comedia y que habitualmente entrega su vida a hacérnoslo pasar bien.
Es el caso de Gene Wilder, es paradigmático y nos ha dejado para la posteridad títulos memorables como El Jovencito Frankentein, La Mujer de Rojo, No me chilles que no te veo o Willy Wonka y la fábrica de chocolate. Ayer, mediante un comunicado oficial de la familia se transmitió a la prensa que el actor murió a principios de mes tras una larga enfermedad.
Para la posteridad nos quedan todas sus películas para así volver a reír como siempre lo hicimos. Descanse en paz Gene Wilder.