Life
Estamos de acuerdo: la historia de un grupo de personas asediadas por un monstruo tiene más años que Carracuca.
Estamos de acuerdo: si esa trama la situamos en una nave espacial y el monstruo en cuestión es un alienígena cabreado con mala leche tenemos un calco de
Alien, el octavo pasajero.
Estamos de acuerdo: inevitablemente los integrantes de la tripulación van a morir uno a uno a manos del bicho, y el atractivo de todo esto está en ver cómo se enfrentan a él y consiguen -o no- darle muerte. Esto tampoco es nuevo.
No innova ni pretende hacerlo, vale. Si partimos de esa base y nos relajamos podremos disfrutar de la película, bueno y si además pasamos por alto ciertas cosas como algunos agujeros del guion o un diseño del alienígena... digamos que algo soso. A mí, qué queréis que os diga, en algunas escenas me ha parecido incluso entrañable y simpático ver cómo se escurría el calamar entre los conductos de la nave.
En fin, que es una película palomitera de esas que no hay que exigirle mucho. No diría que es una cinta de terror porque no lo da, pero sí un
survival thriller que, aunque funciona, no tiene nada especialmente destacable ni siquiera la interpretación de Jake Gyllenhaal a quien considero uno de los mejores actores que tiene actualmente la industria de "Jolibu", aquí sencillamente se limita a hacer su trabajo y punto, como el resto del reparto.
Pero como pese a todo eso la película cumple con su cometido que es entretener, pues me quedo con eso y punto. Eso sí, no invita a un revisionado.
Así que le casco un 6,5 como producto de usar y tirar, es decir, teniendo en cuenta que estamos puntuando comida rápida. Sin más.
American History X
Tremenda, brutal, la tenía idealizada desde su estreno hace ya casi ¡¡20 años!! y ahora al volver a verla compruebo que no ha perdido ni un ápice de su calidad. La fotografía, la caracterización de los personajes, esos flashbacks en blanco y negro perfectamente integrados, la bestialidad de algunas escenas y el increíble trabajazo de los dos Edwards (Norton y Furlong) son algunas de las muchas virtudes que tiene esta joya. Por sacarle algún defecto e hilando muy, pero muy fino, decir que algún cabeza hueca no sabrá leer bien el mensaje y podrá interpretarlo precisamente en sentido contrario, un mensaje que en realidad no es otro que el odio sólo lleva a más odio, y al final esa espiral de un modo u otro acaba devastando a quien ha entrado en ella.
Un 8,5 y acercándose al sobresaliente.
Pena de muerte
Si dirige Tim Robbins y tiene en su reparto a Sean Penn y Susan Sarandon podemos esperar que la película va a ser una protesta contra algo, en este caso contra la pena capital que aún se aplica en algunos estados de USA.
Lo más destacable, a mi humilde entender, es que es una cinta muy valiente. Pero mucho, aquí el sr. Robbins le ha echado un par de huevos adaptando el libro de la monja protagonista. ¿Por qué? Pues porque
► Show Spoiler
películas contra la pena de muerte hay muchas, pero pocas -yo al menos no conozco ninguna- nos presentan como ésta a un reo condenado que es un hijo de p*** en toda la regla. Racista, nazi, asesino, con ideologías terroristas, prepotente y además -ya al final de la película lo dejan claro- culpable del crimen que se le acusa. Aquí no tenemos un alegato que hable de los posibles fallos de la pena capital, aquí no se plantean qué pasaría si se condenase a un inocente, aquí el sistema resulta que funciona a la perfección y el ejecutado es culpable de un crimen de esos que nos hacen desearle la muerte (violación y asesinato). No sólo eso, es que además al final de la cinta el sr.Robbins nos muestra con todo lujo de detalles el momento de la ejecución a la vez que intercala la escena de cómo se cometió el crimen, se permite incluso el lujo de insinuar que los asesinados están presentes en espíritu en la sala de los testigos en el momento de la inyección letal. Pero pese a ello, pese a que juega a mostrarnos todo eso, la pregunta al final es inevitable: ¿merece la pena? ¿es justo castigar el crimen de matar, precisamente matando?
Tim Robbins juega bien sus cartas y nos hace plantearnos todas estas cosa con un ejercicio de empatía bestial, empatía no sólo con el preso sino también con su familia, con la de los jóvenes asesinados y con la propia monja protagonista, que trata de nadar entre dos aguas enfrentadas lo mejor que puede.
Hay un momento que Susan Sarandon dice "
es un asesinato tan fríamente calculado". Ese es, para mí, un muy buen resumen de la esencia de la película. Película, en fin, que invita al debate, que te hace plantearte muchas cosas mostrándote diferentes puntos de vista y que tiene como grandes bazas las interpretaciones tanto de Sean Penn como de Susan Sarandon. E, insisto, una película valiente. Muy valiente.
Como la anterior, un 8,5 rozando el sobresaliente.